¿Sabías que...
Investigado por Bauer a partir de 1928, en el año 1933 hizo su aparición el polimetacrilato de metilo (PMMA), un compuesto a base de acetona y de ácido cianhídrico. Inicialmente fue comercializado con el nombre de Plexiglás y, más tarde en Inglaterra, con el de Persplex.
Menú
Blog
Juventud y experiencia en tiempos de crisis
A estas alturas de la vida y en los tiempos que corren, uno se deja sorprender ya por muy pocas cosas. Y menos cuando lee una de aquellas ofertas de empleo en las que se busca o solicita un matricero “preferiblemente mayor de cuarenta años”. Y es que éste es uno de los pocos oficios en los que más peso tiene la experiencia que la propia juventud, titulación incluída.
Juventud y experiencia son términos antagónicos. O sea que cuando se es joven no se tiene experiencia … y cuando ésta se acumula, ya pasó la juventud. Una pescadilla que se muerde la cola.
Por si fuera poco, sólo hace falta asomarse a los medios de comunicación para ver cómo pintan de mal las cosas en nuestro país, en lo que a empleo se refiere.
Crisis aparte, se percibe en la sociedad un desaliento y un pesimismo del cual nos va a costar lo suyo salir sin secuelas. Entre otras cosas porque poco o nada se está avanzando en cuanto a apoyo a las empresas; ni en incentivos fiscales, ni en I+D+i / formación, ni mucho menos en políticas eficaces de ocupación y empleo. Y así, difícilmente se supera tamaño desaguisado.
Vaya panorama. Aunque quienes peor lo tienen son, sin ninguna duda, nuestros jóvenes estudiantes recién egresados de las Universidades y/o Centros de Formación Profesional.
Desde siempre venimos escuchando que ellos, nuestros jóvenes, “son el futuro”. Pero entonces convendrán conmigo que, para ello, hay que dejarles un hueco desde el cual puedan afianzar los conocimientos adquiridos, o sea, de forjarse el presente. Su propio presente.
Es decir, que título en mano, puedan entrar en el mercado laboral a trabajar en unas condiciones lo más dignas posibles y adquirir cuanta más experiencia, mejor. Esperemos que así sea.
Nuestros mejores competidores...
aquí, en nuestro país
En este período de crisis, cuando a principios de año acabamos de cumplir el veintinco aniversario de nuestra entrada en la CEE -predecesora de la actual Unión Europea- uno se pregunta el modo en que acabamos llegando a esta situación.
Remontándonos dos décadas atrás, recordamos cómo la economía española dió un vuelco sin precedentes gracias a la apertura de sus mercados hacia la Europa Comunitaria. De manera recíproca los países extranjeros más industrializados realizaron también fuertes inversiones -algunas de ellas en forma de infraestructuras- y España experimentó de pronto un crecimiento muy superior al de sus socios comunitarios.
Numerosas empresas multinacionales se establecieron en nuestro país y también nosotros supimos montar nuestros negocios más allá de nuestras fronteras. Realizada la expansión de los mercados, el siguiente paso consistiría en consolidar y en lograr una posición cómoda y más o menos estable desde la cual poder competir con ventaja con los países vecinos.
Las sucesivas ampliaciones de la Unión Europea ofrecen nuevas oportunidades de negocio, lo cual fortalece a las empresas y les permite explorar otros mercados remotos, si cabe. En este período se está gestando el fenómeno de la globalización.
Sin duda alguna tenemos una llave que abre las puertas de todos los mercados, aunque también facilita la entrada a las empresas de otros países, convirtiéndolas en acérrimas competidoras... o eso es lo que muchos de nosotros creíamos hasta hace poco.
El tiempo está demostrando que la realidad es, más bien, otra muy distinta. Todos los cambios que comportaron la evolución de la economía española y la de nuestros socios comunitarios, también tuvieron sus contrapartidas.
Para empezar, el mapa político de los primeros años de nuestra andadura democrática no se asemeja en absoluto a lo que hoy día vivimos, muy especialmente en lo que a la división del territorio y a su gobierno se refiere. El ejemplo más claro lo tenemos en el Estado de las Autonomías, y no me interpreten mal, pues no estoy diciendo que un gobierno centralizado sea la mejor opción.
Sin embargo, el distinto color político de quienes las gobiernan, la mayoría de las veces, no favorece en nada su descentralización. Todos quieren aplicar sus directrices y sus disposiciones (y en consecuencia sus impuestos). Demasiadas veces sin consenso y sin darse cuenta que aún estando todos en el mismo terreno de juego, algunos lo hacen con demasiada ventaja sobre el resto. Si a eso le añadimos toda una retahíla de episodios de corrupción -repasen ustedes los últimos años- podemos decir que la situación resulta francamente difícil de resolver.
Mientras tanto, no solamente se trata de que otras empresas de países extranjeros ofrezcan productos de mayor calidad a precios realmente "inexplicables". Lo más grave es que empresarios avispados dejaron de producir en España para actuar como simples intermediarios entre nosotros y los países emergentes, en un claro ejemplo de competencia desleal. A medio plazo, y de hecho hay algunos atisbos de ello, nos tocará ver cómo ellos aprenden lo que para nuestro beneficio hemos exportado, y en consecuencia, cómo prescinden también de nosotros... y si no, tiempo al tiempo.
Y para poner la guinda al pastel, sólo hace falta repasar la prensa y leer lo que está ocurriendo en nuestros países vecinos como Grecia, Irlanda y Portugal para percatarnos de lo grave de nuestra situación. Todo un panorama.
Estrenamos foro
en matriceriaymoldes.es
El equipo de esta web acaba de crear un nuevo espacio desde el cual puedes exponer tus dudas e inquietudes, así como aportar información para solucionar las de otros usuarios.
Para participar en esta comunidad, deberás acceder mediante la url http://foro.matriceriaymoldes.es/ y registrarte como usuario.
Esperamos que este foro se convierta en un punto de encuentro y comunicación entre todos aquellos que nos dedicamos al estudio y desarrollo de este oficio.